reflexión de la masacre del Naya


REFLEXIÓN
En la lectura “después de la masacre: la memoria como conocimiento histórico” la autora menciona la masacre ocurrida en el naya a la comunidad indígena Kitek Kiwe, perteneciente a la comunidad Nasa, dice que la memoria es fundamental para alentar la reconstrucción personal y colectiva, que la memoria no es solo una técnica de registro, se da este evento por una narrativa de la memoria en juegos de poder y subordinación. Aquí la acción del investigador antropólogo además de indagar la información es volverse parte de la acción de reconstrucción, dado a que se da una relación entre el antropólogo y el individuo que es sujeto de estudio. El antropólogo para su investigación está en un constante entre los sistémico y lo subjetivo, es decir entre lo racional y lo afectivo, donde en lo racional no se debe olvidar el papel de investigador que se debe al rigor, la verificación y validación, y en el ámbito afectivo se debe a la empatía, complicidad, confianza, y colaboración.
En el texto se enfatiza la importancia de recordar los sucesos de violencia, para la reconstrucción personal y colectiva, es decir, que las personas debemos recordar esos sucesos para partir de ahí a la reconstrucción de la vida misma, de un proyecto de vida, de familia, es de vital importancia no olvidar, aun que esto sea doloroso es ese dolor lo que impulso a las personas a evolucionar y cambiar para bien, cambiar en sentido de crecer a pesar de las adversidades que pudo generar ese episodio de violencia, es importante recordar también como comunidad, para de ello partir a la re estructuración la organización, esto alienta el renacimiento de esta, y como claro ejemplo esta la masacre del naya, donde hubo un gran número de muertes de la población afro, indígena y campesina, y esto dio pie a la creación de una organización y convicciones más fuertes, en la que se unen este grupo de población para hacer frente al conflicto.

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